domingo, 4 de mayo de 2014

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA Texto 2

TEMA
Las diferentes interpretaciones sobre la personalidad de Bayardo San Román.

RESUMEN
El narrador principal de la historia describe la llegada de Bayardo San Román al pueblo según testimonios de algunos vecinos. En un principio, la gente piensa que es homosexual por su elegante vestidura, sin embargo pronto descubren que su objetivo era encontrar a una joven con la que casarse. Poco a poco, los habitantes le van conociendo y descubren que es un gran muchacho.  Pero cuando abandona a su mujer, Ángela Vicario, al descubrir que ella no era virgen, lo toman como un diablo, como le menciona su madre en las cartas contándole todo lo ocurrido en aquellos meses en los que el narrador no está en su pueblo.

ESTRUCTURA
El fragmento presenta una estructura externa de cinco párrafos que se agrupan atendiendo a su estructura interna y sucesión de los hechos en tres partes.
En primer lugar encontramos el planteamiento que corresponde con los dos primeros párrafos en los que se describe al protagonista de nuestro fragmento, Bayardo San Román, según el testimonio de Magdalena Oliver, una mujer que había venido con él en el buque hasta el pueblo. Lo describe como un hombre apuesto, cercanos a los treinta años pero muy bien aparentados, y además muy elegante al vestir, tanto que le pareció homosexual, o como la mujer menciona en el texto, "marica", y ella no era la única.
En segundo lugar se encuentra el nudo o conflicto que correspondería con el tercer párrafo en el que el narrador nos resume algunos de los hechos vividos en el pueblo con San Román a partir de lo que su madre le contaba en las cartas, y que nos permite conocerlo un poco más, como la intención de casarse con alguna joven (desmintiendo su aparente homosexualidad), su múltiples conocimientos aunque su profesión era ingeniero de trenes, su afición a las largas y ruidosas juergas, su capacidad física de natación, y además parecer ser que también tenía un gran capital.
Por último, nos encontramos con el desenlace del fragmento, en el que la madre del narrador al principio aclara en una de sus cartas el gran hombre que era Bayardo San Román que incluso hacía cosas que eran obligatorias hacer, como dar misa de rodillas y en latín. Sin embargo, finalmente tras la desgraciada boda entre Bayardo y Ángela Vicario, le confiesa a su hijo su parecer sobre el joven al descubrir que su esposa no era virgen; éste se había enfadado tanto que incluso se le parecía al diablo.

COMENTARIO CRÍTICO
El fragmento a comentar se corresponde con un texto literario - narrativo perteneciente a Crónica de una muerte anunciada, obra realizada por Gabriel García Márquez nacido en Colombia el 1928. Perteneció al grupo de escritores que impulsaron la narrativa hispanoamericana en los años 60, siendo este autor el más conocido. La tipología textual de esta obra es muy característica puesto que se advierte una clara mezcla del estilo periodístico con el literario, entre una crónica periodística y una novela policiaca, incluso amorosa. Concretamente en este fragmento, se nos presenta la llegada de Bayardo San Román al pueblo a través de la narración y la descripción, y las impresiones de los vecinos sobre él.

El tema de esta obra no es de gran originalidad al tratarse de un asesinato, temática típica de las novelas policiacas, aunque si una gran actualidad. Sin embargo, podemos destacar el tratamiento novedoso que utiliza el autor: narrar una historia a través de una crónica.

En cuanto a su estructura, podemos considerarla original y eficaz al no ser igual que cualquier otra novela contemporánea. La obra se compone de cinco capítulos pero los hechos no transcurren de forma lineal, sino que el narrador reconstruye los hechos poco a poco mediante las prolepsis y analepsis. Podemos apreciar los elementos propios de las obras narrativas. Por un lado encontramos el narrador, el cual es múltiple porque la historia se reconstruye desde distintas perspectivas: desde un personaje testigo de todo lo ocurrido y desde un personaje secundario que cuenta los hechos en primera persona. Por otro lado encontramos la técnica narrativa a través del tiempo, el cual es cíclico debido a que comienza con el protagonista ya asesinado, y el resto de la historia se descompone en momentos; el espacio, aunque en la obra no dice el nombre si se hay referencias a Manaure y Rioacha, lo que nos hace pensar que se localiza en el pueblo natal de García Márquez, Sierra de Santa Marta; y por último, los personajes que aparecen en esta obra son múltiples, como Santiago Nasar (protagonista, joven que es asesinado), Ángela Vicario ( la joven que fue deshonrada), Bayardo San Román (hombre elegante y adinerado) que corresponde con el protagonista de nuestro fragmento, los hemanos Vicario (asesinos de Santiago Nasar), y muchos más secundarios que conocían la intención de estos últimos desde el principio.

Respecto a la interpretación y valoración de otros aspectos, podemos apreciar el tono adoptado por el autor, serio y reflexivo al tratarse de una crónica sobre un tema tan grave como un asesinato; el registro empleado es formal por el lenguaje culto propio del periodista y de las familias aristocráticas que aparecen en la obra, aunque  podemos resaltar el vocabulario más coloquial, e incluso vulgar, del resto de personajes, especialmente de los hermanos Vicario, debido a su procedencia a familias humildes. En cuanto al estilo del autor, podemos reconocer cierta ironía aunque también una profunda elaboración en el trabajo, al lograr dotar de verosimilitud aquello que es increíble y al sentimiento de incertidumbre por la duda constante.

El autor claramente consigue a través de esa entonación irónica transmitirnos una crítica a la sociedad de su época, especialmente en aspectos como la importancia de la honra, la educación, las estructuras sociales del caciquismo, el gran poder de la Iglesia con la supuesta llegada del Obispo, que causa un ambiente de gran entusiasmo, y diferenciar entre las distintas clases sociales aún presentes con personajes como Santiago Nasar o Bayardo San Román, que harían referencia a las clases más altas, mientras que otros como la familia Vicario o algunos vecinos del pueblo pertenecerían a las clases medias o incluso bajas.  Más concretamente, en nuestro fragmento podemos apreciar como García Márquez pretende hacernos ver la hipocresía y la visión tan tradicional tan propia de aquel momento. Tras la llegada de Bayardo San Román al pueblo, la primera impresión de muchos fue su tendencia homosexual, y simplemente por su elegancia al vestir. Lo consideraron como un caso perdido, puesto que era un hombre de muy buen ver y muy apropiado para cualquier mujer. Finalmente descubren que su intención es casarse. Desgraciadamente esta situación no ha cambiado mucho tras 50 años. Actualmente gran parte de la sociedad continúa manteniendo esa visión negativa contra la homosexualidad, como si aquellos que se ven atraídos por personas de su mismo sexo no fueran normales. Tanto hombres como mujeres pueden ser homosexuales, pero siempre son estos últimos los más afectados por las críticas. Se les llega a denominar con términos peyorativos tales como "marica", empleado en el texto para definir a Bayardo San Román, o incluso peores.Y la verdad es que es una actitud primitiva para considerarnos hombres y encontrarnos en el siglo XXI.
 En primer lugar, debemos tener en cuenta que las falsas apariencias engañan, al igual que le ocurrió a Magdalena Oliver en nuestro fragmento. El aspecto exterior puede transmitirnos algo que no corresponde con el interior. Sin embargo, en aquella época era imprescindible una buena apariencia antes que tus propias emociones, para evitar que los demás hablasen mal de ti, algo que tampoco ha variado en cantidad después de la supuesta evolución del ser humano.
En segundo lugar, la homosexualidad no es una enfermedad, como muchos piensan y como la Iglesia pretende enseñarnos, un poder muy presente en la vida cotidiana de aquella época. Debemos tener presente que la tendencia sexual de cada persona no nos hace ser diferentes. Si teóricamente todos somos iguales y tenemos los mismos derechos independientemente de nuestro físico, ¿por qué no también sin tener en cuenta nuestra personalidad? Todos tenemos derecho a buscar nuestra felicidad, y nuestra orientación sexual no puede ser un condicionante para ello. Sin embargo, la realidad es que no hemos evolucionado en ese aspecto. Continuamos viendo a un homosexual como una persona anormal, un caso perdido, incluso peor que si tuviera una enfermedad demencial. Y esta visión tan despreciable solo provoca que gran parte de las personas homosexuales o "geys" como se denominan en estos tiempos más modernos, se repriman, se sientan mal por como son realmente y se oculten tras una fachada aparentado ser algo que no son, siendo de esta forma infelices.

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