domingo, 23 de marzo de 2014

"HOMBRE" Blas de Otero


TEMA
"Sentimiento de angustia por la búsqueda fallida de Dios"

RESUMEN
El autor lucha por encontrar a Dios más allá de la muerte sin embargo no halla respuesta. Al contrario, se siente solo, sin ayuda y ciego ante lo que le llega poco a poco. Aunque ésto es lo que supone ser hombre, libre y prisionero a la vez.

ESTRUCTURA
El poema corresponde con un soneto, compuesto por dos cuartetos y dos tercetos y con rima consonante ABBA/ABBA/CDC/CDC. En cuanto a la estructura interna, el soneto se caracteriza por corresponder con tres partes según la organización de las ideas. De esta forma podemos encontrar tres partes.
La introducción corresponde con el primer párrafo, y en ella el autor explica cuál es su intención: Luchar por encontrar a Dios. Sin embargo, a pesar de clamar por su atención, no obtiene más que silencio y lo cuál hace que se sienta aún más vacío.
El cuerpo del poema corresponde con el segundo y tercer párrafo y en él Blas de Otero se dirige a Dios. En el caso del cuarteto, se muestra la llamada a Dios, sin embargo al no obtener respuesta, el propio autor se da cuenta y por ello dice "Estoy hablando solo". En el caso del terceto, se expresa aún más detalladamente la agonía que siente por el resultado de su búsqueda.
Finalmente, se encuentra la tercera parte que corresponde con el último terceto y en él se realiza un cierre o conclusión del poema, considerando al hombre como una antítesis en sí mismo. Ésta es la idea principal del poema, por lo que podemos considerar que el poema tiene una estructura inductiva.

COMENTARIO CRÍTICO
 El texto a comentar pertenece al género literario lírico y fue escrito por Blas de Otero, concretamente en su etapa existencial correspondiente a su obra Ángel fieramente humano. En este poema el autor hace uso de distintas formas discursivas como la descripción y el "yo poético" para transmitir el sentimiento de angustia y agonía al no recibir ninguna respuesta por parte de Dios ante su llamada.

El tema que aplica Blas de Otero en su poema no podemos considerarlo de gran originalidad pues ya ha sido tratado numerosos autores en otros momentos como en la crisis del 98, una situación de decadencia que hizo que grandes intelectuales de la época se preguntaran el por qué de esa situación y el por qué de la existencia del ser humano. A pesar de ello, si podemos considerarlo de gran interés para los autores de este momento pues España vuelve a sumergirse en un profundo trance, la Guerra Civil y la posguerra, que impulsan a los poetas de nuevo a las preguntas existenciales, en el caso de nuestro autor se debe a su crisis existencial de 1945. Como podemos observar en este poema Blas de Otero realiza un tratamiento del tema bastante novedoso pues utiliza su clamor a Dios, aunque solo recibe silencio, para definir que es ser hombre y qué significa su propia existencia.

Respecto a la estructura del poema corresponde con la estrofa del soneto, el cual mejora la comprensión del poema con gran eficacia puesto que, como hemos dicho anteriormente, suele dividirse según su contenido. El primer cuarteto correspondería con la introducción del poema y en el, Blas de Otero cual es su objetivo, hallar a Dios a través de una lucha constante, como podemos ver en los tres primeros versos "Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte...", lo cual supondría una personificación al proporcionarle a la muerte un cierto carácter humano. Sin embargo no obtiene respuesta lo cual lo derrumba, como se expresa en el tercer y cuarto verso "Y su silencio, retumbando, ahoga mi voz en el vacío inerte", un antítesis que intensifica lo duro que supone para él este silencio ante su llamada. Todo ello se expresa mediante el asíndeton,  aligerándose el ritmo del poema y además proporcionando una cierta significación a lo que el poeta quiere transmitir: la lucha continúa por la búsqueda de Dios. También encontramos otras figuras como la metáfora en "al borde del abismo" que supondría la cercanía a la muerte, y el encabalgamiento en "estoy clamando... a Dios".
El cuerpo del poema correspondería con el segundo cuarteto y el primer terceto, en los que dirige su palabra a Dios rogándole que le escuche, lo que también se conoce como apelación (Oh Dios, si he de morir, quiero tenerte despierto...), pero al no recibir respuesta acaba por pensar que está hablando solo, aunque hace todo lo posible por verle (Oh Dios. Estoy hablando solo...). También podemos resaltar la oscuridad que supone el camino hacia Dios, lo cual queda reflejado en el poema con términos como muerte, sombras y noche. El resultado de su intento por conectar con Dios lo expresa en el primer terceto, en el que dice afirma que Dios no lo ayuda (Alzo la mano y tú me la cercernas), lo cual supone su ceguera frente a lo que le espera más allá de la muerte (Abro los ojos: me los sajas vivos), además de que incrementa su necesidad de saber si hay más allá, pero Dios al no responderle no le calma "esa sed" de saber (Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas), siendo este ultimo verso una referencia a la estancia de Jesucristo en el desierto.
 Finalmente, el autor concluye con el poema a través del segundo terceto en el que todo lo expresado anteriormente es lo que supone ser hombre, y su continua contrariedad, lo cual supone la idea principal del fragmento presentando de esta forma una estructura inductiva. Para ello hace uso de la metáfora "horror a manos llenas"con la que pretende hacernos ver el suplicio que es para él ser hombre y los sufrimientos que conlleva, además de usar constantes antítesis como "el ser y no ser", es decir, somos algo pero comparado con todo lo demás no somos nada, y "ángel con grandes alas de cadenas", lo cual quiere decir que somos libres pero realmente nos impiden volar. Gracias al uso de todos estos recursos lingüísticos el poema adquiere un alto nivel de originalidad y fuerza expresiva.
Podemos comentar también otros aspectos que caracterizan al poema como el tono adquirido por el autor, que es reflexivo y serio, incluso podemos decir que vehemente, debido a la dureza del tema a tratar., el registro utilizado es más bien formal y en cuanto al estilo es bastante elaborado, aunque no de gran dificultad. Por último, el ritmo del poema como hemos comentado anteriormente es ágil, e incluso podríamos decir que acelerado debido al uso del asíndeton que supone la escasez de conjunciones.

Gracias a todo lo anteriormente comentado, l autor consigue transmitir sus ideas y sentimientos de angustia y agonía al no poder contactar con Dios y conocer que hay tras la muerte. Nos hace reflexionar sobre la existencia de nuestro ser y nos conmueve el estado en el que se encuentra el autor por incapacidad de conocer a Dios y por la ignorancia sobre el más allá.

En este poema queda claramente reflejado el carácter existencialista tan puesto en práctica en aquella época, debido a la crítica situación de Guerra Civil y Posguerra que supuso a Blas de Otero a la búsqueda del sentido de la vida del ser humano, el cual estaba destinado a la muerte. Es por ello por lo que inicia su búsqueda de Dios.
El tema tratado en el poema es de bastante interés, tanto en aquel momento como en la actualidad, debido a la situación que vivimos hoy en día. La crisis económica actual, aunque no podamos compararla con una guerra, si asienta ciertos sentimientos parecidos a los de aquella época, como el pesimismo, la desesperanza y la angustia por la desgraciada situación que nos rodea. Cuando nos encontramos en esos profundos momentos de desilusión, nos llegamos a preguntar... ¿por qué existimos? ¿para sufrir de esta manera? ¿éste es el verdadero sentido de la vida? Buscamos respuestas que nadie nos puede proporcionar, y esa sensación de desconocimiento de nosotros mismos impulsa a gran parte de la sociedad, e incluso a los que en pleno auge económico no eran creyentes, a refugiarse en Dios. Puede que en parte todo esto parezca una falsedad, pero si lo pensamos bien, la gente necesita apoyo en estos duros momentos en los que la mayoría de la población posee escasamente con los recursos necesarios para seguir adelante. De este modo, creen que solo pueden sustentarse en Dios...  ¿En quién si no? No hay nadie más quien nos pueda devolver la confianza y el ánimo que hemos perdido. Él es el único que "aparentemente" responde a todas nuestras cuestiones sobre nuestra existencia, pues es tal la necesidad de conocernos que  nuestra inconsciencia sobre ello nos hace sentir incluso incomprendidos.
El existencialismo tratado en este poema podemos compararlo con el tema desarrollado en el poema de Ruben Darío conocido como "Lo Fatal", en el que el autor expresa el dolor y la tortura a sí mismo que supone el desconocimiento del origen de su presencia y del futuro que le espera tras la muerte. Es como un continuo pesar que le conmueve, al igual que a Blas de Otero, aunque no encontramos ninguna apelación hacia Dios como medio de escape de ese martirio. En cualquier caso, ambos tratan algunos mismos aspectos como el uso de la piedra para simbolizar la insensibilidad, la oscuridad en el camino hacia Dios expresado con palabras como sombras o muerte, y  el suplicio que supone el ser y no ser o el saber y no saber nada sobre nuestra procedencia y sobre lo que pasará.
Desde mi punto de vista, creo que a lo largo de nuestra vida tienen lugar sucesos que nos derrumban tanto que incluso nos hacen buscar apoyos en lo que no hay. Pero no creo que sea algo malo ni terrible. Es una forma de animarnos a nosotros mismos a seguir luchando por nuestra vida, la cual a pesar de desconocer de dónde venimos o a dónde iremos, hay que vivirla al máximo.






4 comentarios: